Así se llama este nuevo proyecto que espero que sea el primero de cinco, uno por cada continente. Imaginate una chica viajando en solitario en un viaje de bajo presupuesto y en motocicleta. Imaginate poder leer y ver en video desde sus andanzas, aventuras, contratiempos y resoluciones, la ayuda que recibe de los locales y cambios internos en viaje hasta la gran variedad de paisajes, pueblos y costumbres que se cruce en el camino. De ello se trata Latinoamérica en Dos Ruedas yespero contar contigo a mi lado como mi copiloto virtual, porque cada mensaje que recibo me trae energía para seguir compartiéndolo.
¿Ushuaia – Alaska? Ni por casualidad. Las líneas rectas nunca fueron lo mío y hasta en la carretera soy desprolija y me termino dejando llevar por las circunstancias. Tengo ganas de hacer zig-zag, de pisar cada país y recorrer aquellos que me gusten más. Tengo ganas de que mi meta sea esa, nada de líneas rectas sino de culturas. Veremos qué resulta.
¿Sólo andar? ¿sólo rodar y viajar? Si me estás haciendo esta pregunta definitivamente esto es lo primero que lees del blog. Escribir mis post kilométricos, recolectar la información, sacar y editar las fotografías y los videos llevan días de arduo trabajo. No es una queja, ¡amo lo que hago con todo mi ser!
Se me metió en la cabeza la idea de crear, también, conciencia respecto al cuidado propio y del otro, sobre todo en lo que respecta al motociclismo. Será a través del boca en boca, post y videos. Andar en moto es algo que amo pero también conlleva responsabilidades. Quiero informar sobre cuidados que, ahora que sé, para mí son básicos. Por ejemplo la importancia de vestir ropa con protecciones adecuadas y que si el casco se golpea disminuye muchísimo su capacidad de protección.
Además de ello estoy abierta a la posibilidad de realizar charlas gratuitas en colegios. Tengo mucho material fotográfico y vivencial para compartir otras culturas, contagiar el apostar por los sueños mediante el esfuerzo (sea cual sea la meta), contagiar solidaridad y, por sobre todo, cruzar la barrera del miedo y la incomprensión hacia otras culturas que llevan a la discriminación, a veces incluso con la propia.
¿Me voy sola? Físicamente, sí. Pero no me siento sola. Me acompañás vos, otra gente que me lee, mis familiares y mis amigos a través de su apoyo y buenas vibras. La magia de la globalización digital.
También me acompañan apoyándome en el proyecto mis sponsors, que son motoqueros, y, además de ayudarme con muchas cosas tangibles, intentaron pasarme un poco de su sapiencia mecánica y rutera.
¿Por qué en moto? Porque la sensación que te da de libertad es inmensa. Concuerdo en que conlleva más riesgos físicos que un coche y por ello también me propuse hacer énfasis en que si uno se sube a una motocicleta debe ser bien preparado y con todos los recaudos posibles. Por ello viajo con ropa especial de material antidesgarrable con protecciones especiales en diferentes partes del cuerpo, un casco integral (cubre la barbilla también) y un montón de otros cuidados que incluso me llevaron a aprender un poco de mecánica. Nada de ir rápido, nada de pasar coches innecesariamente, evito conducir de noche y también bajo la lluvia en medida de lo posible. Aún así la diversión, felicidad y libertad que me da persisten.
¿Quién es SAMI? Mi Honda XR125L, la que estás viendo en las fotografías, mi nuevo hogar. Le puse Sami porque quería un nombre aborigen. Sami en quechua significa “Afortunada, venturosa, exitosa, feliz y dichosa”. Un nombre perfecto para mi compañera de viaje.
¿Me olvido de algo? Preguntáme lo que quieras sobre el proyecto. Tardo en responder porque viajo con carpa y sin presupuesto para alojamiento por lo que no siempre me alcanza el tiempo para subir material y contestar todos los mensajes, a pesar de que me encanta recibirlos (encontrarme con un comentario de un completo desconocido o un amigo me agarra siempre de sorpresa y me viste con una sonrisa). Pero en algún momento lo haré, lo prometo.
Mientras tanto, sigo de viaje y compartiendo mis aventuras a través de Latinoamérica en Dos Ruedas.
¿Me acompañas?